Saturday, January 27, 2007

Meditación: Personalizar el amor

Hay mil cosas, circunstancias que se escapan a nuestro entendimiento humano, corto, pequeño.

Evangelio:
Marcos 4, 26-34
En aquel tiempo, dijo Jesús a la gente: "El Reino de Dios se parece a lo que sucede cuando un hombre siembra la semilla en la tierra: que pasan las noches y los días, y sin que él sepa cómo, la semilla germina y crece; y la tierra, por sí sola, va produciendo el fruto: primero los tallos, luego las espigas y después los granos en las espigas. Y cuando ya están maduros los granos, el hombre echa mano de la hoz, pues ha llegado el tiempo de la cosecha". Les dijo también: "¿Con qué podemos comparar el reino de Dios? ¿Qué parábola usaremos? Con un grano de mostaza: al sembrarlo en la tierra es la semilla más pequeña, pero después brota, se hace más alta que las demás hortalizas y echa ramas tan grandes que los pájaros pueden cobijarse y anidar en ellas". Con muchas parábolas parecidas les exponía la palabra, acomodándose a su entender. Todo se lo exponía con parábolas, pero a sus discípulos se lo explicaba todo en privado.

Meditación:
En en evangelio de hoy se nos dice que Jesús hablaba a la gente con parábolas y a los discípulos se lo explicaba todo en privado. Porque a cada uno Dios nos da una capacidad de entendimiento y acorde a ella podemos entender.

No entiendo, no comprendo, no acabo de verlo claro. Cuántas veces nos ha pasado esto ante las circunstancias de la vida. Paseaba san Agustín por la playa y vio a un niño jugando en la orilla. Lo veía coger agua y echarla en un agujero hecho en la arena. San Agustín le preguntó qué estaba haciendo y el niño dijo que pretendía meter todo el agua del mar en el agujero. San Agustín exclamó que eso era imposible y el niño le increpó: eso es lo que tú intentas hacer tratando de comprender todo el misterio divino.

Hay mil cosas, circunstancias que se escapan a nuestro entendimiento humano, corto, pequeño, limitado. Podemos revelarnos y luchar contra esa pequeñez o podemos ser humildes y aceptar nuestras limitaciones. Solo aceptando con humildad nuestros límites podremos conocernos y aceptarnos para superarnos, para acercarnos más a Dios. Y como el grano en la tierra, crecer poco a poco hasta convertirse en el fruto que Dios desea recoger para llevarlo a su reino.

Dios mío, ayúdame a no obcecarme en cosas de este mundo, alimenta de fe mi corazón. Señor creo, pero aumenta mi fe.

Propósito:
Hoy obedeceré en algo que me cueste y lo haré con alegría.

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