Meditación: Permanezcan en mi amor para que su alegría sea plena
Permanezcan en mi amor, par que su alegría sea plena
Evangelio:
Jn 15, 9-11
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Como el Padre me ama, así los amo yo. Permanezcan en mi amor. Si cumplen mis mandamientos, permanecen en mi amor; lo mismo que yo cumplo los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor. Les he dicho esto para que mi alegría esté en ustedes y su alegría sea plena”.
Meditación:
Cumplir con los mandamientos me llevará a agradar a Dios y a un estado de gozo que, según el evangelio de San Juan, será colmado. El mensaje es claro; es optar por Él que es el fin y la felicidad del hombre. En el Antiguo Testamento aparecen algunas citas que confirman y que seguramente son antecedente de la propuesta evangélica de hoy, como por ejemplo: “Felices son los que abrazan la prudencia”, en Proverbios; “El temor del Señor recrea el corazón, da contento y regocijo y largos días”, en Eclesiásticos; “Feliz el hombre que no se ha deslizado con su boca, ni sufre tormento por la tristeza del pecado. Feliz aquel a quien su conciencia no reprocha, y que no queda corrido en su esperanza”, en Eclesiástico, también.
Me estás pidiendo santidad, para cumplir con alegría, tu voluntad, expresada en tus mandamientos. Pero también me ofreces alegría como el resultado inmediato de cumplir con tal opción. Recuerdo que las principales consecuencias de no cumplir tus preceptos, en la vida cotidiana, son el hastío, el desánimo, la ansiedad y, en general, la falta de paz de quien se sabe alejado y hasta descartado de la vida eterna.
Reflexión apostólica:
Me gusta buscar la alegría a través de la interpretación de tu mensaje y el cumplimiento de tus preceptos. Me gusta contagiar tal alegría. Desde hoy ofrezco que mi primer apostolado será el de la alegría, insertada en todos y cada uno de los aspectos de mi vida.
Propósito:
Consideraré como un error a corregir, cualquier actitud de pesimismo o abatimiento.
Evangelio:
Jn 15, 9-11
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Como el Padre me ama, así los amo yo. Permanezcan en mi amor. Si cumplen mis mandamientos, permanecen en mi amor; lo mismo que yo cumplo los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor. Les he dicho esto para que mi alegría esté en ustedes y su alegría sea plena”.
Meditación:
Cumplir con los mandamientos me llevará a agradar a Dios y a un estado de gozo que, según el evangelio de San Juan, será colmado. El mensaje es claro; es optar por Él que es el fin y la felicidad del hombre. En el Antiguo Testamento aparecen algunas citas que confirman y que seguramente son antecedente de la propuesta evangélica de hoy, como por ejemplo: “Felices son los que abrazan la prudencia”, en Proverbios; “El temor del Señor recrea el corazón, da contento y regocijo y largos días”, en Eclesiásticos; “Feliz el hombre que no se ha deslizado con su boca, ni sufre tormento por la tristeza del pecado. Feliz aquel a quien su conciencia no reprocha, y que no queda corrido en su esperanza”, en Eclesiástico, también.
Me estás pidiendo santidad, para cumplir con alegría, tu voluntad, expresada en tus mandamientos. Pero también me ofreces alegría como el resultado inmediato de cumplir con tal opción. Recuerdo que las principales consecuencias de no cumplir tus preceptos, en la vida cotidiana, son el hastío, el desánimo, la ansiedad y, en general, la falta de paz de quien se sabe alejado y hasta descartado de la vida eterna.
Reflexión apostólica:
Me gusta buscar la alegría a través de la interpretación de tu mensaje y el cumplimiento de tus preceptos. Me gusta contagiar tal alegría. Desde hoy ofrezco que mi primer apostolado será el de la alegría, insertada en todos y cada uno de los aspectos de mi vida.
Propósito:
Consideraré como un error a corregir, cualquier actitud de pesimismo o abatimiento.
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