Friday, August 31, 2007

Meditación: Por sus frutos, los conocerán

Traten a los demás como quieren que ellos los traten a ustedes.

Evangelio:
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 7, 6. 12-14
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “No den a los perros las cosas santas ni echen sus perlas a los cerdos, no sea que las pisoteen y después se vuelvan contra ustedes y los despedacen.

Traten a los demás como quieren que ellos los traten a ustedes. En esto se resumen la ley y los profetas.

Entren por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta y amplio el camino que conduce a la perdición, y son muchos los que entran por él. Pero ¡qué estrecha es la puerta y qué angosto el camino que conduce a la vida, y qué pocos son los que lo encuentran!”

Meditación:
Jesucristo nos dice, gráficamente, que hay que tener prudencia al hablar, al proponer las cosas de Dios, pues no todos están dispuestos a acogerlas y recibirlas como se debe; nos alerta a no profanar las cosas santas. Por otro lado contrapone el Señor dos caminos: uno nos lleva al Reino de Dios y el otro nos aleja de él.

Recuerdo, en este momento, que en todas las visitas que como turista hace uno a Iglesias y Catedrales, hay que buscar la Capilla del Santísimo, situada en un lugar apartado del tránsito general. Es un ejemplo claro de lo que el Evangelio de hoy nos dice sobre el trato que hay que tener a lo sagrado, en este caso especial a Jesús Eucaristía.

Algunas personas no tienen la creencia o la preparación religiosa para darle el valor a lo sagrado; otras, carecen de una formación humana que las lleve a respetar lo que para otros es santo. Nos pides, Señor, ser prudentes, y veo que podemos no serlo en el celo por darte a conocer y en el entusiasmo al querer compartir las experiencias y vivencias espirituales. Prudencia que no es respeto humano, ni temor, ni pusilanimidad, sino la sabiduría que no expone ni propone algo que es muy valioso, ante quienes lo van a despreciar y maltratar.

Reflexión apostólica:
Al proponer a alguien un apostolado, hagámoslo con la categoría y la importancia que tiene nuestra Iglesia, por ser de Cristo. Su puerta de entrada es estrecha; hay que hacer ante Dios un acto de humildad para traspasarla, pero demostrando a los demás la alegría sincera y el amor con el que se recorre su camino.

Propósito:
Exigir respeto en lo que atañe a Jesucristo y su Iglesia.

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