Friday, August 31, 2007

Meditación: Tu Padre, que ve lo secreto, te recompensará

Evangelio:
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 6, 1-6. 16-18
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Tengan cuidado de no practicar sus obras de piedad delante de los hombres, para que los vean. De lo contrario, no tendrán recompensa con su Padre celestial.

”Por lo tanto, cuando des limosna, no lo anuncies con trompeta, como hacen los hipócritas en las sinagogas y por las calles, para que los alaben los hombres. Yo les aseguro que ya recibieron su recompensa. En cambio, cuando tú de limosna, que nos sepa tu mano izquierda lo que hace la derecha, para que tu limosna quede en secreto; y tu Padre, que ve lo secreto, te recompensará.

”Cuando ustedes hagan oración, no sean como los hipócritas, a quienes les gusta orar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las plazas, para que los vea la gente. Yo les aseguro que ya recibieron su recompensa. Tú, en cambio, cuando vayas a orar, entra en tu cuarto, cierra la puerta y ora ante tu Padre, que está allí, en lo secreto; y tu Padre, que ve lo secreto, te recompensará.

”Cuando ustedes ayunen, no pongan cara triste, como esos hipócritas que descuidan la apariencia de su rostro, para que la gente note que están ayunando. Yo les aseguro que ya recibieron su recompensa. Tú, en cambio, cuando ayunes, perfúmate la cabeza y lávate la cara para que no sepa la gente que estás ayunando, sino tu Padre, que está en lo secreto; y tu Padre, que ve lo secreto, te recompensará”.

Meditación:
En el Evangelio de Mateo, justicia equivale a santidad, entendiendo santidad como cumplimiento de la voluntad de Dios. Hoy leemos una enseñanza de Jesús sobre tres prácticas fundamentales de la piedad judía: la limosna, la oración y el ayuno. Para que verdaderamente las obras buenas sean obras santas, deben practicarse con rectitud de intención, y serán obras justas que llevarán el sello de Cristo.
No negabas, Señor, las leyes y prácticas de obras buenas del judaísmo, como la limosna, la oración y el ayuno. Sin embargo, les señalabas a tus discípulos una novedad, que era la del espíritu con el que se les debía ir dando cumplimiento. Hoy me lo dices a mí, Jesucristo y salta a la vista y a mi voluntad, un llamado enérgico a la rectitud y a la pureza de intención, de tal modo que las obras sean dirigidas al Padre para que solamente Él las conozca. Desde que nace un pensamiento hasta su ejecución en la práctica, este imperativo irá saneando las intenciones, las actitudes y los actos. Por experiencia sabemos que la rectitud de intención nos va liberando de la soberbia y nos lleva a rectificar errores y a enderezar caminos en los que se ha ido filtrando, sutilmente, la vanidad.

Reflexión Apostólica:
Limosna, oración y ayuno son tres aspectos que en la vida del apóstol hay que considerar y revisar continuamente, de cara a Dios. A la luz de este Evangelio vemos con claridad la disyuntiva: la búsqueda de la recompensa de Dios o pactar con la del hombre.

Propósito:
Revisar en el balance, la rectitud de intención en este día.

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