Friday, August 31, 2007

Meditación: Ustedes oren así

Evangelio:
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 6, 7-15
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Cuando ustedes hagan oración, no hablen mucho, como los paganos, que se imaginan que a fuerza de mucho hablar serán escuchados. No los imiten, porque el Padre sabe lo que les hace falta, antes de que se lo pidan. Ustedes pues, oren así:

Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu nombre, venga tu Reino, hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día, perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en tentación y líbranos del mal.

Si ustedes perdonan las faltas a los hombres, también a ustedes los perdonará el Padre celestial. Pero si ustedes no perdonan a los hombres, tampoco el Padre les perdonará a ustedes sus faltas”.

Meditación:
Jesús nos dice que la oración ha de ser confiada en el Padre, penetrada de amor a Dios y al prójimo y de pocas palabras, porque de lo contrario resultaría “hipócrita”. Finaliza su discurso presentando la oración que sus seguidores deben rezar cada día al Padre.
Tengo Señor, como tantas personas, una verdadera necesidad de orar; ¡quiero aprender a hacer oración, entrar en un diálogo contigo, que me lleve a encontrar el verdadero sentido de la vida y sea inspiración en mi peregrinar!

Hoy me haces ver que es muy importante ser parco en el hablar, pues Dios sabe bien todo lo que he de necesitar. Ante la custodia que guarda y expone tu Cuerpo para mí, Señor, quiero aprender a mirarte, a adorarte y escuchar. Aquí, mis palabras han de ser pocas, precisas y llenas de una silenciosa humildad. Así, el rato contigo, Jesús Sacramentado, sin sentirlo se prolongará; mas si sólo busco yo hablar, no daré paso a la verdadera oración que es lo que Tú me dices, que hay que procurar.

Reflexión Apostólica:
El apóstol reza el Padre Nuestro unido a Jesucristo, y pide al Espíritu Santo que cada petición vaya calando en la vida personal y así ésta se proyecte hacia el amor y la gloria del Padre celestial.

Propósito:
Leer pausadamente los versículos 14 y 15 de Mateo 6.

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