Sunday, June 17, 2007

Meditación: La Santísima Trinidad

Todo lo que tiene el Padre es mío. – El espíritu recibirá de mí lo que les vaya comunicando a ustedes.

Evangelio:
Lectura del santo evangelio según
san Juan 16, 12-15

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Aún
tengo muchas cosas que decirles, pero todavía no las pueden comprender.
Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él los irá guiando
hasta la verdad plena, porque no hablará por su cuenta, sino que dirá
lo que haya oído y les anunciará las cosas que van a suceder.
El me glorificará, porque primero recibirá de mí lo que
les vaya comunicando. Todo lo que tiene el Padre es mío. Por eso he dicho
que tomará de lo mío y se lo comunicará a ustedes”.

Meditación:
Jesús nos promete la venida del Espíritu Santo, que nos guía
hasta la verdad plena. Con ello quiere indicar que para conocer a Dios, necesitamos
de la iluminación de este Espíritu de amor. Él nos ayuda
a conocer a Jesús y nos indica el camino para llegar a ser cada vez más
semejantes a Él.
Este don divino es, al mismo tiempo, luz y fuerza: luz, para conocer a Dios
y para anunciar el Evangelio; fuerza, pues nos infunde la valentía para
dar testimonio de la fe.
La oración y la Meditación, el silencio
y la escucha de las inspiraciones del Espíritu Santo, nos ayudarán
a madurar en la fe.
Redescubramos que el Espíritu de Dios habita en nosotros como en un templo,
y aprendamos a escuchar la voz del “Paráclito” como lo llama
Jesús, de Aquel que nos enseña y sostiene, defiende y consuela,
la voz del dulce Huésped del alma.
Por último, este pasaje evangélico nos hace profundizar en la
verdad central del cristianismo: la Santísima Trinidad. El Espíritu
Santo es enviado por el Padre y por el Hijo después que el Hijo, realizada
su misión, entró en su gloria.
Así pues, dejémonos guiar por este Espíritu Santo. Él
nos guiará siempre por el "camino" que es Cristo, hacia el
encuentro con el Padre.

Reflexión Apostólica:
El Espíritu Santo habita en los corazones de los fieles por medio de
la caridad. Seamos templos dignos de este Santo Espíritu.

Propósito:
Escuchar la voz del Espíritu Santo en mi conciencia.

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