Wednesday, March 07, 2007

Meditación: Aprendan a hacer el bien, busquen la justicia

Los fariseos dicen una cosa y hacen otra.

Evangelio:
Mt. 23, 1-12
En aquél tiempo, Jesús dijo a las multitudes y a sus discípulos: “En la cátedra de Moisés se han sentado los escribas y fariseos. Hagan, pues, todo lo que se les diga, pero no imiten sus obras, por que dicen una cosa y hacen otra. Hacen fardos muy pesados y difíciles de llevar y los hechan sobre las espaldas de los hombres, pero ellos ni con el dedo los quieren mover. Todo lo que hacen para que los vea la gente.

Ensanchan las filacterias y las franjas del manto; desagrada ocupar los primeros lugares en los banquetes y los asientos de honor en las sinagogas; les gusta que los saluden en las plazas y que la gente los llame “maestros”.

Ustedes, en cambio, no dejen que los llamen “maestros”, por que no tienen más que un maestro, y todos ustedes son hermanos. A ningún hombre sobre la tierra lo llamen “padre” por que el padre de ustedes, es sólo el Padre celestial. No se dejen llamar guías, por que el guía de ustedes es solamente Cristo. Que el mayor de entre ustedes sea sus servidor, por que el que se enaltece será humillado y el que humilla serpa enaltecido”.

Meditación:
Dios nos invita a cultivar la humildad. ¿qué ve en ella el Señor para que nos recomiende practicarla? ¿Acaso quiere solo nuestra humillación?. No dios únicamente quiere nuestra humildad por que así puede llenarnos de sus dones y más aún con su presencia.

El principal obstáculo para alcanzar la humildad es la soberbia. Esta nos hace creernos superiores a los demás, cierra nuestro corazón a la práctica de la caridad, da lugar a la vanidad.

Conviene, a la vez, no confundida la humildad con lo que no es, la humildad no significa apocamiento humano, ni va de la mano de la tristeza, la verdadera humildad es la capacidad de aceptar serenamente la propia pobreza radical poniendo toda la confianza en Dios. El humilde no considera nada como debido, todo lo agradece, no se sorprende de sus debilidades, soporta con serenidad las dificultades por que pone su confianza en Dios, por eso vive alegre.

La humildad se manifiesta de diversas maneras, por ejemplo, actuando con pureza de intención para agradar a Dios y no a los hombres, ceder siempre el mejor lugar a los demás, poner en el centro de nuestras conversaciones a los otros interesándonos por ellos más que hablar sólo de nosotros mismos, aceptar las propias faltas y defectos con sencillez, fomentar el espíritu de servicio para todos, buscar ocasiones de pasar desapercibido en lugar de tratar de dar siempre una buena imagen, etcétera.

Reflexión apostólica:
Para ser un buen apóstol de Jesucristo necesito moldear mi corazón con las mismas virtudes que él practicó, ¿lo estoy haciendo?

Propósito:
El día de hoy poner en práctica una de las facetas de la humanidad motivado por el ejemplo de Jesucristo.

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